Geniofagia

México, Mayo de 1995

A Jacobo Grinberg Zylberbaum

Si te reencarnas en hombre vuelve a reencarnar en ti

Que estamos cortos de genios. Eugenio Salvador Dalí.

José María Cano

Todavía nadie sabe dónde estás. Son ya más de seis meses desde que te fuiste, desde que la presión del mundo venció tú increíble fuerza vital.

Sabes, eres el genio que he tenido más cerca de mi.

Bueno… mi abuelo también fue un genio, ahora es sólo un anciano que decidió renunciar a la memoria para poder sobrevivir. Cuando el era joven en la cúspide de su carrera diplomática, siendo embajador de México en algún país, se atrevió a decir que el control natal era la única salida para la pobreza y la marginación en America Latina, eso fue todo…el increíble mecanismo de la Geniofagia entró en acción, lo demás es historia.

Hoy no he podido dejar de pensar en ti, pero no he podido llorar, después de todo no hay una tumba sobre la cual hacerlo. Más bien es como si mi corazón se fuera secando, arrugando, encogiendo; como si la misma presión que te alejo de nosotros estuviera ahora drenando mis entrañas y tengo rabia, mucha rabia.

No puedo creer que el mundo, de nuevo en el umbral del siglo XXI, haya acabado con otro de sus genios, con uno más que se atrevió a levantar su voz y su pluma contra el sistema enmohecido de la ciencia institucional.

Ha acabado ya con tantos de la misma manera: Cristo, Lennon, Mozart, Nietzsche, Van Gogh, Galileo, Juana de Arco, etc.,etc., etc. Con todos aquellos que tuvieron la osadía de salirse algún día de la pecera y verla desde afuera. Algo intolerable, inadmisible para una perfecta maquinaria en la que todos somos engranajes sin saberlo.

Si alguien logra salirse, ver desde fuera, se da cuenta de que este mecanismo no es más que una bomba de tiempo que lentamente va marcando los segundos. Pero no soportamos la denuncia, todos tenemos un buen papel en éste, marchamos bien. Cuando mucho, toleramos las demandas de justicia social, de democracia y alguno que otro grito ecologista: piezas aisladas que no funcionan como es debido, engranajes que hay que poner a punto para que la máquina perfecta siga funcionando.

Pero ¿Qué pasa con los genios? ¿Qué pasa con los que renuncian a ser engranajes para denunciar la falacia de la maquinaria perfecta?

¡ Intolerable, inadmisible! El sutil mecanismo de la Geniofagia se dispara automáticamente, hasta que logra sofocar la voz, apagar la luz, agotar la pluma.

Tú, Jacobo, gritaste y gritaste mucho: 56 libros escritos en tus menos de 50 años de vida.

Tuviste la osadía de desafiar a la ciencia, de cambiar su paradigma utilizando más metódica y minuciosamente que nadie “la herramienta”. El método científico fue escrupulosamente aplicado en todos tus experimentos, pero tus conclusiones… eso iba más allá de lo que muchos podían tolerar, más allá de lo que nadie se atrevía a admitir.

Porque el hecho de que somos mucho más que materia, la evidencia de que nuestras conciencias son mucho más que el resultado de interacciones bioquímicas y neurológicas, de que nuestro pensamientos pueden afectar al todo, que todas las mentes de todos los seres formamos parte activa de una Supraconciencia, de que nuestros cerebros se comunican de manera directa, de que los Chamanes si tienen poder y radica en los estados mentales que generan, en fin, todas las implicaciones de tu Teoría Sintérgica ¿Quién podía tolerar eso? ¿Quién podía permitir que cada vez más oídos escucharan tu voz en el desierto?

Porque de haberlo admitido, las bases de nuestra ciencia determinista, de la técnica, del dominio del hombre sobre la naturaleza, el paradigma sobre el cual descansa nuestra civilización actual, se verían cimbrados, el tapete se habría movido más allá de la cuenta.

El mecanismo se disparo irremediablemente. La Geneofagia, este canibalismo con el que la sociedad acaba con las mentes que brillan, una vez más, entro en acción.

Los miles de tentáculos empezaron a cerrarse, a presionar, a asfixiar una de las mentes más brillantes de este fin de milenio.

No sé qué paso de ti ¿Decidiste escapar y refugiarte más allá del pulpo gigante, dónde tu mente pueda seguir brillando, aunque nadie la vea? ¿ O tu corazón se cansó antes que tu voluntad y decidió descansar? ¿O te alcanzo el pulpo y te estranguló el cordón que te unía a la voz de los inmortales?

Son ya mas de seis meses desde que te fuiste. Nadie sabe dónde estás. Mi corazón está enjuto de dolor, pero no puedo llorar por ti que viviste como sólo los osados saben hacerlo. Lloro por el mundo, por todos nosotros, que estamos apagando las luces, que nos estamos quedando sin genios, que preferimos desconectar la radio antes de escuchar el mensaje, que permitimos que la bomba de tiempo siga funcionando como un mecanismo perfecto.

Y te extraño, te extraño tanto Jacobo ¿A dónde irá el laboratorio? ¿A dónde ira tu familia? ¿A dónde mi mente sin la guía de tu mente? ¿A dónde irá la humanidad sin hombres cómo tú?

“Si te reencarnas en hombre, vuelve a recargar en ti,

que estamos cortos de genios, queremos que estés aquí”

José María Cano

 

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Amira Valle

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